Cuando la sábana no da para arroparse, sé agradecida

El post de hoy iba a estar dedicado a mi embarazo. Ustedes me han solicitado muchos de temas relacionados a éste, pero tendremos que esperar hasta el miércoles. 
Mi amiga Julissa me escribió hoy diciéndome que debería escribir sobre ello sin saber que ya lo había pensado.

El titular principal del periódico El Día del día de hoy rezaba así: "Joven mató mujer en joyería robó para comprarse ropa". Quedé atónita. Incluso, si sólo hubiese robado, sin herir a nadie, ¡por Dios! ¿Cómo es posible llegar los límites sólo por aparentar o sentir aprobación? Y no me refiero sólo a este caso en particular.

Analicé mucho el contexto y pensé en todas las veces (desde niña, porque compararnos es algo que vamos aprendiendo) que deseé tener algo que no podía por falta de dinero. ¿Hasta dónde hubiese llegado sino hubiese tenido las enseñanzas de mis padres? ¿Si no me hubiesen cultivado el don al trabajo y el mensaje de que es posible lograr nuestros objetivos sin que nuestra moral se vea afectada? ¿Hasta dónde hubiese llegado por la necesidad de aprobación? ¿Por una foto que muestre el estatus financiero que quizá no tengo? Las redes sociales se prestan mucho para eso… a la realidad disfrazada, como me dijo mi amiga.

Nadie quiere ponerse lo mismo desde que lo suben a las redes, me dijo mi amiga Julissa. Le llamo el efecto Navidad, que ahora se ha extendido a todo el año.

Hay un constante bombardeo de "ofertas" y artículos que debemos tener que nos llevan a endeudarnos y no priorizar. Y está bien querer lo mejor para una y darnos nuestros gustitos, para eso trabajamos mucho. Está bien querer evolucionar, pero el error está cuando no queremos aceptar nuestra realidad y sobre todo, cuando por desear lo del otro, lo que vemos en fotos , no nos enfocamos en las bendiciones que ya tenemos.

Sé que quienes manejamos moda tenemos algo de culpa, pero cada quien es el resultado de sus decisiones y también de sus finanzas. Yo por ejemplo quisiera vivir en un penthouse y quizá pudiera lograrlo si me metiera en un lío, pero también tendría mayor posibilidades de perderlo todo.

Sentir y expresar gratitud no sólo te hace una persona más positiva, sino que te ayuda a encontrar felicidad en las cosas más pequeñas de tu día a día.

Evitar caer en la tentación es más sencillo de lo que creemos, si tenemos las herramientas adecuadas. El agradecimiento es la más grande de ellas. Hoy justamente, antes de enterarme de la noticia hice el primer ejercicio de mi lectura más reciente, el libro La Magia de Rhonda Byrne, que nos lleva a mostrar agradecimiento un día a la vez. He decidido compartirlo contigo para que te motives  hacer lo mismo comenzando hoy: cuenta tus bendiciones. Diez para ser exacta. Escríbelas en un diario que actualices por 27 días. Escribe, además, por qué estás agradecida de esas cosas. Luego, léelas en voz alta como una forma de reafirmación. Pueden ser cosas tan sencillas como que el aire de tu vehículo funciona en medio de este calor (lo he hecho todos los días después de durar varios sin aire), hasta que hoy te levantaste a trabajar en un lugar que quizá no es el de tus sueños pero cubre tus necesidades financieras e incluso tus gustitos; o algo más contundente como que tienes salud o una familia unida. Te comparto tres de las que escribí hoy, para que tengas una idea.

1. Agradezco por darme el privilegio de ver el amor nacer en alguien antes de conocer a una persona. Mi corazón se llenó de amor a ver a Gal llorando por primera vez cuando sintió al/la bebé moverse.

2. Doy gracias porque desperté temprano y con energía para escribir mis agradecimientos porque a su vez me recargo de más energía positiva.

3. Estoy feliz y agradecida de tener salud para disfrutar de este día y los demás que vendrán para ver el mundo y ver crecer a mi familia.


La gratitud nos impulsa a seguir y persistir, dice el psicólogo David DeSteno en su libro Emotional Success, casi más que cualquier plan que tengas o todo el esfuerzo que le pongas a algo. La gratitud es más poderosa, sobre todo si quieres emprender. “Cuando sientes gratitud no peleas por superar un impulso de algo que quieres ahora, en el momento. Valoras más las ganancias futuras , es decir, aquellas cosas que toman un poquito más de tiempo pero que ofrecen más satisfacción”.