Guía definitiva para el amor propio

Este post ha sido uno de los más pedidos por ustedes. Así que les contaré algo: para mí también, en algún momento, fue difícil saber eso de cuándo y cómo uno elegía amarse lo suficiente. A pesar de ser un término de uso frecuente, “el amor propio” puede ser poco entendido. A algunas personas les sale de manera natural, otras deben buscar ayuda para desarrollarlo, pero estoy segura que todos debemos cultivarlo a lo largo de nuestra vida para que sea sostenible.

El amor propio es absolutamente necesario para tu bienestar y evolución. Sin él –no importa todo el dinero o los amigos que tengas– siempre sentirás que has fracasado, que no eres suficiente o poco importante.

¿Qué puedes hacer para amar a la persona que siempre estará contigo, es decir tú? Esta guía te ayudará a estrechar los lazos contigo misma. Al menos así fue conmigo.

1. Perdónate

Una de las mayores virtudes que logramos alcanzar en nuestra vida madura es la de poder perdonar. Y, ¡oh Dios!, ¡qué difícil es! Para ello debes poner tu mente en calma, aprender de los errores y tratar de no overthink. Cuando nos obsesionamos con alguna decisión mal tomada nos estancamos. Nos convertimos en nuestro peor enemigo. Es complicado porque somos más duras con nosotras que con los demás. Acepta lo que ya pasó, que te equivocaste; asume tus responsabilidades y decide seguir. Es algo que vas aprendiendo con los años, así que ten paciencia.

2. No te compares

“Claro, es que ella lo ha tenido fácil”, “No soy tan bonita como ella”, “Es que fulana tiene los contactos y yo no”, “Pero empezamos juntas y ya ello lo logró y yo no voy ni por la mitad”… Ya he mencionado esta frase en otros posteos: el éxito luce diferente en cada quien. Muchas veces, sin saberlo, nos comparamos con quienes nunca han pasado por una tormenta o con quienes pasaron por miles para lograr el sitial que hoy tienen. Recuerda que siempre hay más de lo que ves en una foto o en un curriculum. Soy fiel creyente de que el éxito llega de la noche a la mañana, pero después de años de fracasos y muchos aprendizajes. Y sobretodo, después de creer que lo mereces.

3. Reconoce tu valor

Recuerda, y esto es bíblico, que las mujeres valemos más que cualquier joya preciosa. ¿Cómo reconoces tu valor? Cuando te miras a ti misma como tu mejor aliado, cuando las cualidades positivas que ves en ti sobrepasan a las negativas que otra persona pudiera señalar. Incluso, cuando tú misma reconoces esas cualidades negativas y no te culpas por ello. Cuando no estás dispuesta a aceptar menos que lo que te mereces o por lo que has trabajo. Siempre recuerda esta frase de Eleanor Roosevelt: “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”.

4. Sé positiva

Quizá todavía estás en el inicio del proceso de quererte, en ese que quizá no te sientes suficiente. Un ejercicio para ti es que al levantarte te mires al espejo y te enfoques sólo en lo positivo, tanto lo físico como las cualidades internas: “Me gusta mi nariz”, “Hoy mi cabello está más lindo”, “Mis piernas están torneadas a pesar de que tengo varias semanas o meses sin ejercitarme”, “¡Qué bien lo hiciste ayer en el trabajo, hoy te irá mejor!”, “Eres un alma bondadosa”… Trabajar día a día en sentirte bien es esencial para cultivar el amor propio, así que no pierdas tiempo y empieza hoy. Recanaliza la energía que pones en todo lo negativo, concentrándote en lo positivo. Mejora el diálogo hacia ti misma.

5. Cuida de ti

Si te miras al espejo y no te gustan esas libritas de más o las de menos, pero no haces nada, entonces no te estás queriendo lo suficiente. Miren, uno pone esfuerzo a lo que verdaderamente ama y desea. ¿Qué tal si tu próximo gran esfuerzo eres tú? Asiste al gym o realiza alguna actividad física que no requiera de mucho gasto, en caso de que ahora no puedas reajustar tu presupuesto. Arréglate, ponte bonita… pero para ti. Muchas personas pudieran confundir esto con narcicismo, pero, ¿cómo vas a ayudar a otros, a quererlos, sacar lo mejor de ellos, si no puedes hacerlo por ti?

6. Diviértete

Hay quienes se esfuerzan con todo para lograr sus sueños. Eso está bien. Lo malo es cuando se olvidan de vivir. Parte importante de la autoestima son los momentos de ocio, parte importante de afrontar las adversidades es poder hacerlo con humor y eso sólo sucede cuando te desconectas y puedes ver los sucesos desde otra perspectiva o al menos puedes “silenciarlos” momentáneamente. Se trata de equilibrar la balanza.

No eres lo que te pones, lo que ganas, el dinero que tengas, los “me gusta” que generes en redes sociales o los logros que hayas alcanzado. Quienes miden su valor a través de estas acepciones, viven para los demás y eso es desgastante.

7. A veces no darás la talla

Vivimos tratando de ser aceptadas…lo que vestimos, estudiamos y hasta la forma en cómo actuamos, por ejemplo, muchas veces lo hacemos para que la gente no nos señale, nos quiera o nos acepte; para encajar. Entonces, ¿para quién realmente estás viviendo, para ti o para los demás? He aprendido que cuando condicionamos lo que somos pensando en la imagen que los demás tienen de nosotros, nos desgastamos y decepcionamos. Vivir para los demás se traduce en baja autoestima.

8. Impulsa a otros

Una vez escuché a alguien decir que prefería trabajar solo porque cuando sus asistentes tomaban experiencia se iban y le hacían la competencia. Bueno, querida, eso es parte de la vida de un líder que reconoce su valor. Quien no se reconozca como tal, se quedará con todos sus conocimientos y evitará a toda costa enseñar lo aprendido a los demás por miedo, justamente, a perder el valor que los demás le han dado. Pero quien sabe lo importante que es, enseñará lo que sabe, aplaudirá y respaldará a sus pupilos en el camino hacia el éxito.

9. Regálate algo de valor

¿Cuándo fue la última vez que pensaste en ti? Uno de los primeros ejercicios que hice del amor propio fue comprarme algo costoso para mí. Tenía alrededor de 19 años y me compré un Cartier que pagué a tres plazas, jajajajaja. ¿Por qué lo hice? Porque cuando recibía mi sueldo o dinero extra siempre pensaba en cómo agradar a los demás… déjame comprarle esto a fulano, o regalarle a fulanita lo que siempre ha querido. Me estaba desgastando complaciendo los antojos de los demás, y entonces luego no me sentía amada porque ellos no hacían lo mismo por mí. Así que se me puso esa tarea, cómprate algo caro que puedas llevar siempre contigo. Usé el reloj por unos años hasta que quizá ya no lo necesité, y no me refiero a la necesidad básica por la que adquirimos un reloj, que es saber la hora. Hace unos meses lo encontré en una caja que tengo en casa, más de 10 años después, intacto, pero sin pilas. De vez en cuando lo uso, y lo dejo así, en la misma hora en la que se detuvo, como recordatorio de mi crecimiento; de que sin importar lo que otros piensen de mí, el tiempo, contrario a lo que sucedió con el reloj, no se detiene y yo sigo conmigo, queriéndome y recompensándome cuando sea necesario.

10. Deshazte de personas tóxicas

Más que cualquier cosa material que te demuestre un poco de amor hacia ti, éste es el mejor regalo que puedes darte en tu vida. También puede ser uno de los más dolorosos. ¿Por qué? Esa persona tóxica puede ser la pareja con la que has compartido por años, un amigo de toda la vida e incluso un familiar cercano. Estar con una persona tóxica te hará sentir insegura, inestable y llevará tu confianza personal y hacia otras personas a su nivel mínimo, pudiendo incluso acarrear grandes problemas como depresión. Aquí es muy importante poner límites. Y es casi seguro que para ello necesitarás ayuda de un profesional.

11. Sé ambiciosa

El libro que terminé recientemente, Véndele a la mente, no a la gente, decía que a los latinos nos crían para no ser ambicioso. Esto sucede por muchas razones, y una de ellas es que solemos asociar esta palabra con algo negativo, un concepto contrario a la humildad. Ambición no es lo mismo que codicia, por ejemplo. Cuando nos proponemos una meta y buscamos lograrla sin afectar negativamente a alguien, estamos siendo ambiciosos. Cuando damos la milla extra en el trabajo y formulamos ideas que nos hagan escalar un paso más y así proporcionar mayor bienestar a nuestra familia o a otras personas que quizá no conocemos, no sólo estamos siendo ambiciosos, sino que estamos reconociendo nuestro potencial. Ahora bien, cuando sólo queremos más y más sin ningún objetivo mayor que el de “romper ojos”, como decimos en buen dominicano, entonces no estamos siendo ambiciosos, sino avaros, y eso sí es un problema que nos demuestra que algo anda mal con nuestro amor propio.

12. Tómate tu tiempo

Sanar siempre necesitará de tiempo. Pero pensamos que mientras más rápido salgamos de esa situación a través de otro estímulo u otra persona, más fácil sanaremos. Un clavo no saca otro clavo. Tomarse su “año sabático” de situaciones que nos dejaron profunda tristeza es la clave para poder cerrar una herida. Tómate tu tiempo en sanar. Te aseguró tomarás mejores decisiones.

13. Encuentra un círculo seguro

¿Qué hará que te sostengas en los momentos difíciles? A veces no basta con afirmaciones positivas, creerte que podrás o con ayuda profesional. A veces necesitamos un círculo de amigos que nos hagan ver las cosas desde una perspectiva más realista, que nos aconsejen cuando sea necesario y que sean nuestro colchón cuando ya no podamos más. En lo laboral, también es válido hacerte de un mentor, el consejero para cuando necesites sabiduría.

14. Expresa tus sentimientos pero ten cuidado con lo que dices de los demás

Estamos viviendo en una era donde la gente piensa que puede decir todo lo que se les venga a la cabeza, más que nada gracias a las redes sociales. Y que el otro, debe “aguantarlo”,  sobre todo cuando se trata de una figura reconocida. Expresarse con libertad no significa ofender al otro, de hecho, está muy lejos de ello. Las personas emocionalmente estables, y por ende, las que se aman a sí misma, saben que lo que sale de su boca en torno a otros, o lo que escriben con sus manos, no es más que un reflejo de lo que son. Te invito a que hagas un ejercicio. Observa lo que dices de otros cuando hablas con tus amigas, ¿son críticas destructivas? ¿Te refieres a esa persona como linda o “fea”? ¿Sólo resaltas lo negativo de su trabajo y no ves su talento? Está comprobado que somos un reflejo de lo que decimos. Es decir, así como ves a los demás es como te percibes a ti misma o como entiendes los demás te perciben a ti. Dicho esto, sí es válido que expreses tu punto de vista con base, que si no quieres hacer algo porque entiendes no va contigo, o porque no está bien o simplemente no quieres, no lo hagas. Saber que puedes aportar a que tu equipo, entorno familiar o círculo de amigos mejore con tus opiniones o comentarios es muy importante para cultivar una sana autoestima.

15. Valora tus fracasos

Entregarse a la derrota es lo más sensato y correcto que podemos hacer en muchas ocasiones. Estoy viendo The Crown en Netflix, y me ha fascinado más que nada, la vida de Winston Churchill. Investigando sobre él en Internet me encontré con esta frase: “El éxito es ir de fracaso en fracaso con entusiasmo”. Así que valora tus fracasos y que te sirvan de guía para alcanzar tu potencial. Ellos no demuestran que eres menos, todo lo contrario, pues sólo los valientes se levantan después de una derrota.